
Alcohólicos Anónimos se basa para la rehabilitación de los enfermos de alcoholismo en los "Doce Pasos", pues son el corazón del programa de recuperación de A.A., y muchos de los miembros se refieren a ellos como: "los pasos que dimos y que nos condujeron a una nueva vida".
Estos doce pasos no se basan en la teoría, los primeros miembros analizaron juntos lo que habían hecho para lograr y mantener la sobriedad. Los pasos son el resumen de su experiencia y una guía hacia la recuperación espiritual que ahora da resultados a más de dos millones de alcohólicos.
En términos generales, al ser humano no le gusta perder o aceptar que está equivocado. En el caso del alcohólico, por lo regular, siempre trata de justificar su forma anormal de ver y argumenta que no tiene problemas al respecto. Sin embargo, puede darse cuenta de su situación real si analiza cuidadosamente y con honestidad su manera excesiva de beber y los daños que esto le ocasionó tanto a él como a los demás.
En virtud de que la ciencia médica dictaminó que el alcoholismo es una enfermedad, la persona deberá tomar en cuenta que nadie puede rehabilitar, o tratarse, si no se acepta la enfermedad. Entonces la persona, que con sinceridad quiere dejar de beber, debe aceptar su incapacidad por controlar la bebida; de lo contrario le podrá causar la locura o la muerte prematura.
2.- Análisis de la personalidad y catarsis.- |
A través de un análisis de la personalidad, o un examen de conciencia, el enfermo podrá descubrir las causas que lo llevaron a beber en forma destructiva; un síntoma de problemas más profundos como son: carencia de control de las emociones, falta de aceptación de la realidad. Esto es, un individuo inadaptado, desorientado, que casi siempre estuvo en desacuerdo con todo y con todos, lo llevó a crearse hondos resentimientos, que siempre tuvo infinidad de pretextos para beber; ahora se da cuenta de las fallas en su personalidad: pudo ser demasiado orgulloso, envidioso, vanidoso, iracundo, etc. se conocerá, se aceptará a si mismo y sabrá cuales son sus alcances, cuáles sus limitaciones, disponiéndose a cambiar de juicios y actitudes.
Después de lo anterior, deberá darse la oportunidad de hacer una catarsis o saneamiento mental, expulsando todo aquello que mantuvo en secreto y que le ocasionaba intranquilidad, es conveniente que esto lo lleve a cabo o con un psiquiatra, un consejero espiritual o un miembro experimentado de A.A. que haya practicado este concepto.
3.- Reajuste de las relaciones interpersonales.- |
El enfermo, dada su incontrolable forma de beber y conducta equivocada, deterioró sus relaciones personales y, para reintegrarse a la sociedad, deberá hacer un reajuste de sus relaciones . Para lograr lo anterior tendrá que descubrir los daños que ocasionó a los demás, física y moralmente. Después, en la medida que le sea posible, habrá de reparar esos daños; así logrará la tranquilidad que necesita para poder mantenerse sin beber.
4.- Dependencia de un poder superior.- |
Para obtener un cambio de juicios y actitudes positivas, aspirando a una nueva vida, el enfermo necesita depender de un Poder Superior o de algo más fuerte que él; debido a que el enfermo siempre trató de hacerlo todo por sus propios impulsos, lo que originó que constantemente fracasara, se frustrara y luego se resintiera con los demás. Necesita reducir su ego para aceptar la ayuda de algo o de alguien. No es conveniente depender de las personas o cosas, pues en algún momento nos pueden fallar. Inicialmente se puede depender del Grupo de A.A. y después si así lo prefiere, puede depender de un Dios, tal como él lo entienda, ya que en Alcohólicos Anónimos se respeta la libertad de creencias.
5.- Trabajando con otros.- |
Al dejar de beber, el alcohólico necesitará de algo en que canalizar la energía que lleva dentro de sí, necesita dedicar el tiempo que ocupaba en emborracharse en algo que le ayude en su recuperación, esto lo encuentra a través de ayudar a otros alcohólicos de la misma manera que lo hicieron con él. El objetivo es reforzar su sobriedad, manifestar su gratitud hacia A.A.
El alcohólico es una persona a quien la bebida causa un continuo problema en cualquier aspecto de su vida y que sufre una enfermedad para la cual no se conoce cura alguna, es decir, no hay curación en el sentido de que él o ella puedan ser capaces de beber moderadamente, como lo hace un no alcohólico por un periodo determinado de tiempo.
Cuando se presenta la enfermedad una compulsión física combinada con una obsesión mental por beber, el alcohólico debe aprender a permanecer totalmente alejado del alcohol para poder llevar una vida normal.
Fundamentalmente, el alcoholismo es un problema de salud una enfermedad física y emocional más que una cuestión de poca fuerza de voluntad o una debilidad moral. Justo como no tiene caso culpar a una víctima de diabetes por estar enfermo a causa de su falta de fuerza de voluntad, es inútil cargar al bebedor problema con la responsabilidad por la enfermedad o, considerar esa forma de beber como un vicio.
El alcoholismo sigue muchos caminos. Algunos miembros de A.A. bebieron en una forma fuera de control desde su primer trago. Otros progresaron lentamente durante décadas hasta beber sin control. Algunos alcohólicos son solamente bebedores diurnos. Algunos pueden ser capaces de abstenerse por largos períodos, que luego cortan por un “carrusel”, en el que beben sin ningún control. A estos últimos se les llama “bebedores periódicos”.
El Programa de Recuperación
El éxito relativo del programa de A.A. parece que se debe al hecho de que un alcohólico que ya no bebe tiene una capacidad extraordinaria para "alcanzar" y ayudar a un bebedor desenfrenado.
En su forma más sencilla, el programa de A.A. funciona cuando un alcohólico recuperado cuenta al principiante la historia de su propia carrera problemática de bebedor y le describe lo que ha encontrado en A.A. y le invita a unirse a la Comunidad.
La esencia del programa sugerido para la recuperación personal se encuentra en los "Doce Pasos," que describen la experiencia de los miembros pioneros de la Sociedad:
1. Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
2. Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos.
7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.
8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos.
9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
No se requiere a los principiantes que acepten ni que sigan estos Doce Pasos en su totalidad si no se sienten dispuestos o capaces de hacerlo.
Por lo general, se les pide que mantengan una amplitud de mente, que asistan a reuniones en las que los alcohólicos recuperados describen sus experiencias personales en lograr su sobriedad, y que lean la literatura de A.A. que expone e interpreta el programa de A.A.
Normalmente, los miembros de A.A. recalcan a los principiantes el hecho de que solamente los bebedores problema, por sí solos, pueden determinar si en realidad son o no son alcohólicos.
Al mismo tiempo, se les destaca el hecho de que toda la evidencia médica disponible indica que el alcoholismo es una enfermedad progresiva, y que aunque no se puede curar en el sentido usual del término, puede ser detenida por la abstinencia del alcohol en todas sus formas.
¿Es usted un Alcohólico?.-
La lista de preguntas que aparece a continuación puede ayudarle a descubrir si tiene problemas con su manera de beber . Debe tener presente que usted es la única persona que puede decir si tiene o no un problema. Aunque otros le hayan dicho que si lo tiene, lo importante es que usted decida por si mismo.
v ¿Ha tratado alguna vez de dejar de beber por una semana o más sin haber logrado cumplir el plazo?
La mayor parte de los A.A. nos hicimos toda clase de promesas al igual que a nuestras familias y no pudimos cumplirlas. Luego llegamos a Alcohólicos Anónimos y se nos dijo: “sólo intente no beber hoy, ya que si hoy no bebe, hoy no podrá emborracharse.”
v ¿Le gustaría que con respecto a la bebida, la gente no se metiera en lo que no le importa, dejando de decirle que tiene que hacer?
En A.A. no le decimos a nadie que debe hacer, hablamos acerca de nuestra propia manera de beber, de los problemas que nos ocasionamos y de cómo dejamos de beber. Sí usted nos necesita, nos gustaría ayudarle.
v ¿Ha llegado a cambiar de una bebida a otra con la esperanza de que eso le ayudará a no emborracharse?
Nosotros intentamos toda clase de métodos: no tomábamos bebidas fuertes, o sólo cerveza, o no bebíamos cócteles, o solo lo hacíamos los fines de semana, o lo que se nos ocurriera, eso lo intentábamos, pero si bebíamos cualquier cosa con alcohol terminábamos borrachos.
v Durante el último año ¿Ha tomado un trago por la mañana?
¿Necesita un trago para ponerse en marcha o para dejar de temblar? Es una señal muy segura de que no está bebiendo socialmente.
v ¿Envidia a la gente que puede beber sin meterse en dificultades?
Muchos nos hemos preguntado a veces por qué no somos como la mayor parte de la gente, que realmente puede tomar o dejar de hacerlo.
v Durante el último año ¿Ha tenido problemas que estén relacionados con la bebida?
¡Sea honesto! Los doctores dicen que si tiene un problema con el alcohol y sigue bebiendo este empeorará hasta la muerte o terminar en un manicomio durante el resto de la vida, la única esperanza es dejar de beber.
v ¿Ha causado su manera de beber dificultades en el hogar?
Antes de llegar a A.A. decíamos que los causantes de beber eran la gente o los problemas en el hogar, sin darnos cuenta que la bebida empeoraba todo sin resolver nunca ningún problema.
v ¿Ha intentado obtener tragos “adicionales” en una fiesta debido a que no obtuvo los suficientes?
La mayoría acostumbrábamos tomar unos tragos antes de llegar. Si pensábamos que iba a ser una fiesta de “poco ambiente” y si los tragos no se servían con la rapidez suficiente nos íbamos a algún otro lado para conseguir más.
v ¿Se dice así mismo que puede dejar de beber en el momento que quisiera, aunque continué emborrachándose sin tener la intención de hacerlo?
Muchos nos engañábamos al pensar que nos emborrachábamos por que queríamos hacerlo. Después, al permanecer en A.A. nos dimos cuenta de que cuando empezábamos a beber no podíamos parar.
v ¿Ha faltado algunos días a su trabajo a causa de la bebida?
Un buen porcentaje de nosotros admitimos que muchas de las veces en que nos “reportábamos enfermos” la verdad era que estábamos crudos o borrachos.
v ¿Ha tenido lagunas mentales?
Una laguna mental consiste en horas o días en que estuvimos bebiendo y no podíamos recordar nada. Al estar en A.A. nos dimos cuenta de que esta es una señal muy segura de beber alcohólicamente.
v ¿Ha llegado a sentir que su vida sería mejor si no bebiera?
Fuimos muchos los que empezamos a beber porque al hacerlo la vida parecía ser mejor, cuando menos, durante un rato. En la época en que llegamos a A.A. nos sentíamos atrapados por el alcohol, estábamos bebiendo para vivir y viviendo para beber.
-Decidimos acudir a A.A. y enfrentar lo que el alcohol nos había dañado y ver lo que podíamos hacer al respecto.
-Recuerda, no es vergonzoso enfrentar el hecho de que tengas un problema.
Si su respuesta es Sí a cuatro o más preguntas, existen dificultades serias con su manera de beber, la experiencia de varios millones de A.As. así lo comprueban.
Muchos de nosotros tuvimos que enterarnos de esta verdad por el camino más difícil.
El Mensaje de Esperanza de A.A.
Si alguno de sus seres queridos tiene un problema con la bebida, este folleto le puede facilitar a usted información sobre un sencillo programa de recuperación. Por medio de su ayuda, más de un millón de personas que en una época bebían en demasía llevan hoy vidas cómodas y productivas sin el alcohol.
Durante cinco décadas, Alcohólicos Anónimos ha estado trabajando con éxito, con hombres y mujeres de todas clases y con los antecedentes más diversos. Antes de ingresar en A.A., la mayoría de estos individuos había tratado de controlar la bebida por sí mismos, y únicamente después de haber fracasado en su intento repetidas veces, llegaron a reconocer que eran impotentes ante el alcohol. Al principio, no se podían imaginar una vida sin beber y seguramente no querían admitir que eran alcohólicos. Sin embargo, con la ayuda de otros miembros de A.A., aprendieron que no tenían que beber. Descubrieron que la vida sin alcohol no sólo es posible, sino que además puede ser feliz y muy gratificadora.
A menudo, a las personas más allegadas a un alcohólico les resulta sumamente difícil ver y admitir que alguien a quien tienen cariño, puede ser un alcohólico. Les parece que tal cosa no puede ser verdad. Ansiosos de negar la gravedad del problema, puede que por algún tiempo confíen en las promesas del alcohólico. No obstante, viéndole faltar repetidamente a su palabra, y enredarse cada vez más en dificultades, se ven obligados a reconocer la verdad.
Entonces comienza la búsqueda desesperada de una solución. Creyendo que todo su amor y todos sus esfuerzos para ayudar han sido en vano, se sienten desolados. Si alguna vez se ha sentido usted así, le llenará de esperanza conocer la experiencia de los esposos y esposas, parientes, amantes y amigos de miembros de A.A. que, habiendo sentido lo mismo una vez, han visto a los bebedores problema a quienes aman, librarse de la compulsión por la bebida.
En este artículo, encontrará respuestas a muchas preguntas hechas por multitud de personas, tanto antes como después de que el alcohólico ingresara en A.A. Si los bebedores problema se ríen ante la idea de que tienen dificultades con el alcohol, o si se resienten cuando se les hacen sugerencias parecidas, las siguientes páginas pueden ayudarle a usted, explicándole lo que puede y no puede hacer. Si el alcohólico ya se ha unido a A.A., la siguiente información le ayudará a entender la forma de vida de nuestra comunidad.
Quizás la mejor descripción corta de lo que es y lo que hace A.A., es el breve "Preámbulo", que por costumbre se lee al comienzo de cada reunión de A.A. Dice:
Alcohólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.
El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones.
A.A. no está afiliada a ninguna secta religiosa, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias; no respalda ni se opone a ninguna causa.
Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.
Comprendiendo su Problema
Actualmente más de un millón de hombres y mujeres han dejado de beber en Alcohólicos Anónimos. En esta cifra esta incluida una amplia variedad de gente, desde adolescentes hasta octogenarios. De esta variedad, se ve claramente que A.A. ha podido ayudar a mujeres, hombres, personas de edad avanzada, jóvenes, ricos, pobres, tanto a los que tienen mucha educación como a los que no tienen ninguna.
Este, como todos los libros y folletos de A.A., no está basado en la teoría sino en la experiencia — la experiencia de las personas cercanas a los alcohólicos, que saben lo que es vivir con ellos. Si estas personas pudieran hablar con usted, tal vez le dirían: "Conocemos las dificultades con que se tropieza. Sabemos lo desconcertante que es vivir con un bebedor problema, ver las relaciones íntimas desgarradas por la ira y los conflictos irracionales, ver trastornarse la vida familiar, ver cómo el dinero se gasta, no en necesidades, sino en licores o en hospitalizaciones relacionadas con el alcoholismo, ver crecer a los hijos en circunstancias anormales, imprevisibles. Pero todos nosotros sabemos que, si la persona a quien usted quiere, reconoce su problema y verdaderamente desea dejar de beber, hay una solución que ha surtido efecto para nuestros seres queridos, y también puede surtir efecto para los suyos."
A pesar de los problemas que el alcohol ha causado, puede que usted no quiera admitir que un ser amado es un alcohólico. Tal vez un bebedor problema, esto sí; pero no un alcohólico. Puede que la palabra tenga para usted demasiadas connotaciones desconcertantes. Aunque el alcohólico admita serlo, usted puede, no obstante, tratar de negarlo. Muchas personas han tenido estos mismos sentimientos hacia un ser amado, hasta que reconocieron que el alcoholismo es una enfermedad — hecho confirmado ahora por la medicina. Anteriormente, las personas cercanas al alcohólico podían pensar que, de alguna manera, ellos mismos tenían la culpa. No sabemos cómo ni por qué comienza el alcoholismo; pero las relaciones adultas de años posteriores aparentemente influyen poco en su gravedad o en su progresión. El alcoholismo, como la mayoría de las enfermedades no contagiosas, es propiedad única del desafortunado que la padece. Nadie _ni lego ni científico— tiene un conocimiento exacto de su causa.
El Alcohólico Puede Recuperarse
El alcohólico es un individuo que padece de una enfermedad para la cual no se conoce curación alguna — es decir, no existe ninguna curación que les haga posible beber con moderación por un largo período de tiempo, como puede una persona no alcohólica. Debido a que es una enfermedad —una compulsión física más una obsesión mental por la bebida— el alcohólico tiene que aprender a mantenerse completamente alejado del alcohol para poder llevar una vida normal.
Fundamentalmente, el alcoholismo es un problema de salud —una enfermedad física y emocional— más que una cuestión de insuficiente fuerza de voluntad, o debilidad moral. De la misma forma que sería insensato culpar a la víctima de diabetes de caer enfermo por una falta de fuerza de voluntad, también lo sería echar la culpa al alcohólico por su enfermedad, o considerar su forma de beber como un vicio.
El alcoholismo sigue diversos caminos. Algunos miembros de A.A. bebieron descontroladamente desde su primera copa. Otros fueron lentamente progresando hacia el beber desenfrenado. Algunos beben todos los días. Otros pueden abstenerse durante largos períodos, para después lanzarse precipitadamente a una juerga desenfrenada. Estos últimos se conocen como bebedores "periódicos".
Algo que todos los alcohólicos parecen tener en común es que, con el tiempo, su manera de beber empeora. No existe ninguna evidencia segura de que una persona que bebía alcohólicamente haya podido volver al moderado beber social por mucho tiempo. No se puede ser "un poco alcohólico". Ya que la enfermedad progresa por etapas, algunos alcohólicos manifiestan síntomas extremos más que otros. No obstante, una vez que cruzan la frontera del alcoholismo, los bebedores problema no pueden volver atrás.
¿Qué puede hacer?
Ahora que sabe que más de un millón de bebedores problema han logrado su sobriedad en A.A., puede que se impaciente por "hacer algo" por ese alcohólico cercano a usted. Puede que le desee explicar que el alcoholismo es una enfermedad y recomendarle que lea nuestra literatura y que se dirija inmediatamente a la reunión más cercana de A.A.
A veces, esta manera de tratar el problema tendrá éxito. Después de haber leído algunos folletos o libros de A.A., muchos bebedores problema llaman a la oficina local de A.A., empiezan a asistir a reuniones, y dejan resueltamente atrás sus días de bebedor. Sin embargo, la mayoría de los alcohólicos activos no están deseosos de recurrir a A.A., ni listos para hacerlo sólo a petición de un ser amado. La costumbre de beber está fuertemente arraigada en la personalidad, y a menudo la compulsión por la bebida les hace rechazar cualquier ayuda. Admitir ser un alcohólico, por evidente y sencillo que parezca, supone comprometerse a hacer algo para remediarlo. Muy frecuentemente, un componente de la enfermedad es la creencia por parte del alcohólico de que es necesario beber para hacer frente a la vida. En la mente confusa del alcohólico, la necesidad de beber puede parecerle una cuestión literalmente de vida o muerte.
¿Quién Asiste a las Reuniones de A.A.?
Existen más de 98,000 grupos locales de A.A. en el mundo. Por lo general, un miembro asiste regularmente a las reuniones de un grupo cerca de su domicilio; no obstante, todo miembro puede asistir a cualquier reunión de A.A. en cualquier parte.
Los alcohólicos que no están familiarizados con A.A. pueden creer que la Comunidad es sólo para beodos de mala calaña, habitantes de barrios perdidos, y, por lo tanto, no tiene nada que ofrecerles. La realidad es muy diferente.
La creencia de que A.A. es para vagabundos y desharrapados es sólo en parte acertada — y esta parte es, como mucho, pequeñísima. Aunque es cierto que algunos hombres y mujeres en barrios perdidos o lugares parecidos se sobreponen a una existencia desesperada para lograr su sobriedad y llevar una vida responsable a través de A.A., la mayoría de los miembros de la Comunidad representa a la sociedad en general. Entre ellos se cuentan profesores, gente de negocios y ejecutivos, así como también gente con poca o ninguna educación formal. Un agente de Bolsa y un cirujano fundaron A.A. El alcoholismo no respeta la inteligencia, el talento, la educación o la posición social, y puede afectar tanto a una enfermera o a un médico como a un artista o un escritor.
No es una Organización Religiosa
Tal vez su alcohólico crea que A.A. es una organización religiosa ó evangelista, que recalca la religión y los sermones. De nuevo, la verdad es muy diferente.
A.A. se ha descrito esencialmente como un programa espiritual, y es verdad que no ofrece ayuda material, como lo haría una agencia de asistencia social. Pero no es bajo ningún concepto una organización religiosa. No pide a sus miembros que mantengan ningún credo formal o que hagan ningún rito, ni siquiera que crean en Dios. Sus miembros pertenecen a toda clase de iglesias. Muchos no tienen ninguna afiliación religiosa. A.A. pide solamente que sus miembros mantengan una amplitud de ideas y que respeten las creencias de los demás.
A.A. dice que el alcoholismo, además de ser una enfermedad física y emocional, es también hasta cierto punto un trastorno espiritual. Debido a que la mayoría de los alcohólicos no han podido manejar las cosas por sí mismos, parece que encuentran una terapia eficaz al entregar sus destinos a un poder superior a ellos mismos. Muchos A.A. llaman a este poder "Dios". Otros consideran al grupo de A.A. como el poder en que pueden confiar. La palabra "espiritual" en A.A. puede interpretarse con la amplitud que el individuo desee. En las reuniones de A.A., uno siente, sin duda, un cierto espíritu de unión.
¿Cómo funciona A.A.?
Hay que destacar el hecho de que el único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Nada más. A.A. no exige juramentos ni compromisos personales de ninguna clase. Durante sus días de bebedores, muchos A.A. hicieron votos solemnes, juramentos de abstinencia, y muchos frecuentemente lograban abstenerse — sin resultados perdurables. El enfoque de A.A. es más práctico. Se basa en la idea de que cada bebedor problema, en una u otra epoca, ha pasado, por lo menos, 24 horas sin beber. Por esto, los miembros no se comprometen a dejar de beber para siempre, ni por ningún plazo largo de tiempo. Se dan cuenta de que hoy no se puede hacer nada respecto al trago que deseen mañana. Los A.A. se concentran en mantenerse sobrios hoy — durante estas 24 horas. Del mañana se ocuparán cuando llegue.
Debido a que asistir asiduamente a las reuniones de A.A. desempeña una parte decisiva en el mantenimiento de la sobriedad, los seres queridos de un alcohólico tal vez se preguntarán dónde encajan ellos dentro del programa de recuperación. Algunas de estas personas asisten a las reuniones abiertas de A.A. Les deparan una oportunidad para participar en el viaje del alcohólico hacia una vida sana. Ofrecen también la oportunidad de ver cómo otra gente está respondiendo al reto de vivir con un bebedor problema que ya no bebe
Es probable que la mayoría de la gente, al asistir a una reunión de A.A., así como en sus contactos con miembros de la Comunidad, se impresione mucho con la frecuencia con que la gente ríe y con el ambiente de camaradería calurosa y de buen humor que existe. Esto es característico de A.A. Por lo general, los miembros toman su alcoholismo en serio, pero no a sí mismos. Una parte del proceso de recuperación es reírse de las experiencias que una vez le hicieron llorar.
La Recuperación Requiere Tiempo
¿Qué puede esperar usted cuando un ser querido, después de haber pasado años como bebedor problema, se une a A.A.?
No todos los bebedores problema que llegan a A.A. logran dejar de beber y entrar en una sobriedad cómoda y feliz con la misma facilidad y rapidez. Algunos tienen que ser hospitalizados y puede que aun al acabar su convalecencia se encuentren todavía temblando y poco seguros de sí mismos. Algunos —no acostumbrados a enfrentarse a sus problemas directamente— pueden sentirse abrumados por la responsabilidad. A algunos les atormentarán los remordimientos y la depresión. Otros pueden encontrarse tensos durante algún tiempo, y puede ser difícil vivir con ellos.
Aunque puede tenerse controlado el alcoholismo, casi siempre quedarán otros problemas menos graves por resolver. En su entusiasmo por la nueva vida, los alcohólicos pueden olvidar los sacrificios hechos por los que vivían con ellos en sus días de bebedores. Pueden lanzarse a una serie ininterrumpida de reuniones de A.A. y visitas para ayudar a otros alcohólicos, de manera que dispongan de poco tiempo para pasarlo con usted. Gozando de la recuperación de su salud, algunos pueden volver a su trabajo con nueva fuerza e interés. Otros pueden tener el deseo de reanudar sus estudios para alcanzar algún objetivo profesional, aplazado durante mucho tiempo.
A menudo, este interés ardiente en A.A., en su trabajo o en sus estudios parecerá tan egocéntrico como lo fue en su momento la bebida. Este período en que el alcohólico que se está recuperando muestra un interés en A.A. tan apasionado que desaparecen sus demás intereses y preocupaciones — a menudo se llama en A.A. "estar viviendo en una nube rosada." Eventualmente pasará. Aunque está sobrio, el alcohólico sufre todavía de la misma enfermedad, y no se puede esperar que los alcohólicos que no beben cambien su excéntrica conducta de la noche a la mañana. Es posible que ciertas formas de pensar estén arraigadas en ellos. No obstante, con el tiempo, la mayoría de los miembros de A.A. logran una mayor estabilidad. El programa de A.A. no fue diseñado como un camino de fuga, sino como puente hacia una vida normal.
Durante sus días de bebedores, muchos alcohólicos agravaron sus problemas mezclando el licor con los sedantes, los tranquilizantes, la marihuana y otras drogas. Puede que se aferren a algunas de las viejas costumbres y sigan tomando píldoras o drogas aun después de dejar de beber. La mayoría de las veces, los medicamentos psicotrópicos (que afectan al estado de ánimo), como los estimulantes, sedantes y antidepresivos, ponen en peligro la sobriedad; puede que usted desee informarse mejor sobre el particular. (El folleto "El Miembro de A.A. — Los Medicamentos y Otras Drogas" discute el problema con detalle.) Puede ser prudente también recomendar al alcohólico buscar el consejo médico de un doctor familiarizado con los problemas especiales con los que los alcohólicos en recuperación tienen que enfrentarse. El tomar o dejar de tomar medicamentos sin la indicada orientación médica puede ser peligroso, y tanto lo uno como lo otro puede llevar al alcohólico a tomar el primer trago.
Al haber logrado su sobriedad, los alcohólicos a veces sorprenden a sus seres queridos dando una gran importancia a un sentimiento de espiritualidad recién despierto en ellos. Pueden pasarse de la raya en este respecto. Generalmente, esta etapa no dura mucho, y a menudo se modera, convirtiéndose en una vida espiritual sana y satisfactoria.
Si usted es un bebedor normal, puede preguntarse qué debe hacer referente a la copa que toma de vez en cuando, o con la bebida que tiene en su casa, ahora que su alcohólico ha dejado de beber. ¿Será de ayuda abstenerse completamente? ¿Debe dejar de servir licor a los invitados?
Si al alcohólico recién sobrio le molesta aun ver u oler el alcohol, usted puede proceder con prudencia, evitando los viejos compañeros de bebida, los cócteles y la sociedad de los bares, cuando sea posible. A fin de cuentas, los alcohólicos tienen que cuidar su propia salud. Lo más importante, estando ya sobrio, es la actitud del alcohólico ante su propio problema. Tiene que dejar de beber y quedarse sin beber por y para sí mismo.
Unas Palabras Acerca de las "Recaídas"
La mayoría de la gente que recurre a A.A. para ayuda logran su sobriedad sin grandes problemas y consiguen mantenerla; otros tienen dificultad en entender y aceptar el programa de A.A. Con demasiada rapidez se olvidan de lo que significa el ser alcohólico. Al haber recuperado su salud física, y encontrando su vida algo más manejable, puede que se alejen del programa — mentalmente, olvidando los principios, o físicamente, asistiendo a menos reuniones. Estas personas pueden tener algunos relapsos, o "recaídas." Pueden volver a emborracharse. Esto puede ser desconsolador, y muy penoso, para sus seres queridos. Pueden despertarse de nuevo los temores y los sentimientos de desesperanza. No obstante, los miembros de A.A. experimentados saben que tales recaídas no tendrán que seguir repitiéndose necesariamente en el futuro. Si el alcohólico puede repasar sinceramente su comportamiento y los pensamientos que precedieron a la recaída, a menudo puede evitar que ocurra otra vez. De hecho, una recaída puede ser una buena lección para los alcohólicos que crean que están "curados" del alcoholismo sólo por haber estado "secos" durante un rato.
La confianza excesiva y los pensamientos poco realistas a menudo entrañan recaídas. El juicio se vuelve borroso, y algunos alcohólicos empiezan a creer que pueden controlar el alcohol. Asisten cada vez a menos reuniones o comienzan a criticar a la gente de su grupo, olvidándose de la tradición de A.A. que nos recuerda que el alcohólico siempre debe anteponer los principios del programa a las personalidades de los miembros. Puede también que el alcohólico olvide vivir un día a la vez.
De fundamental importancia son los tres lemas de A.A., que frecuentemente se citan: "Haz lo primero primero", "Vive y deja vivir", y "Tómalo con calma" ("Poco a Poco se va Lejos"). Sirven de recordatorios útiles del hecho de que los alcohólicos se alejan de la bebida día por día y se esfuerzan por lograr una amplitud de ideas y una serenidad espiritual.
¿Cómo Puede Ayudar Usted?
Si usted es el esposo, la esposa, el amante, el padre o el hijo de un bebedor problema, su comprensión de la naturaleza del problema puede desempeñar una parte decisiva en que el Alcohólicos logre y mantenga su sobriedad. La esperanza es el tema eterno de A.A. Muchos miembros que una vez se consideraron como borrachos perdidos, ahora llevan muchos años de sobriedad. Este folleto está basado en sus experiencias y en las experiencias de los que les quieren. Le recordará que nunca hay que abandonar la esperanza y que usted puede ayudar, logrando comprender la enfermedad, y disponiéndose a aplicar el programa en su propia vida cotidiana.
No se encontrará solo. En todo su camino le acompañarán las esperanzas y los mejores votos de más de un millón de alcohólicos sobrios.
Las Tradiciones de A.A.
Durante su primera década, A.A., como comunidad, iba acumulando una experiencia sustancial que indicaba que ciertos principios y actitudes a nivel de grupo tenían un gran valor para asegurar la supervivencia de la estructura de la Comunidad. En 1946, los fundadores y miembros pioneros de A.A. resumieron estos principios y los pusieron por escrito en la revista internacional de la Comunidad, el A.A. Grapevine bajo el título de las Doce Tradiciones de Alcohólicos Anónimos, las cuales fueron aceptadas y aprobadas por la comunidad en pleno en la Convención Internacional de A.A., celebrada en Cleveland, Ohio en 1950.
1. Nuestro bienestar común debe tener la preferencia; la recuperación personal depende de la unidad de A.A.
2. Para el propósito de nuestro grupo solo existe una autoridad fundamental: un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza. No gobiernan.
3. El único requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber.
4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos de A.A. o a A.A. considerado como un todo.
5. Cada grupo tiene un solo objetivo primordial: llevar el mensaje al alcohólico que aún está sufriendo.
6. Un grupo de A.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro objetivo primordial.
7. Todo grupo de A.A. debe mantenerse completamente a sí mismo, negándose a recibir contribuciones de afuera.
8. A.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear trabajadores especiales.
9. A.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear juntas o comités de servicio que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven.
10. A.A. no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.
11. Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio y el cine.
12. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras Tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades.
Aunque las Doce Tradiciones no son obligatorias para ningún grupo, una mayoría abrumadora de miembros las han adoptado como base para ampliar las relaciones "internas" y públicas de A.A.
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