

El oido humano capta solamente frecuencias que estén por encima de los 20Hz y por debajo de los 20.000 (muy aproximadamente). Así pues, y con mucha suerte, sólo podemos oir unas 10 octavas como mucho, con doce notas cada una.
La nota La sirve como referencia para todas las demás. A menudo se denomina "nota de afinar". Se produce un La de afinar cuando el aire vibra 440 veces por segundo, es decir a 440 hertzios. Por convención, a la octava que contiene esta nota La se le suele considerar la tercera.
Hay otra nota La, de una "octava" superior (la cuarta octava) cuando el aire vibra a 880 hertzios, y otra más cuando vibra a 880*2 (quinta octava), y otra a 880*2*2 (sexta octava), etc, del mismo modo que hay un La que se produce cuando el aire vibra a 440/2 (segunda octava) y otra a 440/2/2 (primera octava).
Las frecuencias de las ondas cerebrales varían según el estado mental. Por ejemplo, el soñar despierto y la meditación ligera se lleva a cabo en el rango de frecuencias denominadas “Alpha”. De modo que, si escuchas musica que contiene compases a una frecuencia de 10 Hz generarás más ondas cerebrales de una frecuencia de 10 Hz, e ingresarás a un estado de relajación mental Alfa.Se plantea el uso de la música funcional, por ejemplo la que se usa en algunas empresas, para hacer menos tediosa la labor productiva, esto lo único que logra es un aislamiento cognitivo, sensitivo y social de los trabajadores. Se podría decir que es un elemento del capitalismo que niega la consciencia de explotación por parte del trabajador. También se plantea el condicionamiento producido por el uso de grabaciones de latidos cardiacos para acallar el llanto de los bebés, esto podría producir estados regresivos profundos que pueden derivar en autismo. Finalmente el uso de la música electrónica (ritmos repetitivos y con frecuencias bajas muy elevadas), o el uso de walkman, esto porque se genera un proceso de disociación de los cinco sentidos, ya que se aísla el oído de los demás sistemas perceptivos y claramente lleva a un deterioro del sistema auditivo
Efectos biológicos: Tanto la frecuencia respiratoria, como el latido cardiaco, son modificados por la intensidad y frecuencia del ritmo musical, con ritmos de más de 60 pulsos por minuto, la frecuencia respiratoria experimenta un alza.
Qué decir de la m.e. normalmente consumida a grandes volúmenes, que puede incluso elevar en varios grados la temperatura corporal, al contrario que la música suave y de cadencioso ritmo, que puede disminuirla.
Se ha comprobado que la m.e es capaz de producir notables cambios fisiológicos en el organismo. Entre los más importantes están los siguientes: retarda las principales funciones orgánicas (ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión y metabolismo) incrementa el tono y la energía muscular; modifica el sistema inmunitario; altera la actividad neuronal en las zonas del cerebro implicadas en la emoción, e incrementa la resistencia para el trabajo y para las actividades de alto rendimiento, entre otros.
Música y conexiones neuronales.
El cerebro está conformado por una gran cantidad de neuronas que ordenan la respiración, controlan el ritmo cardíaco, regulan la temperatura y producen reflejos.
Alrededor de los once años cuando los circuitos neuronales disminuyen su capacidad para establecer nuevas conexiones, por lo que después de esta edad, los niños que no han tenido música en su educación ya no podrán desarrollar la aptitud para identificar la altura y el ritmo, entre otras habilidades.
Esto significa que el resto de su vida serán funcionalmente sordos ante los verdaderos estímulos musicales y jamás tendrán la oportunidad de disfrutar de toda la riqueza de la música; y, si por azares del destino en algún momento sienten el deseo de acercase a ella, tendrán que vencer muchas dificultades y utilizar otras habilidades intelectuales para sustituir aquellas que previamente no tuvieron la oportunidad de desarrollar.
La m.e, al igual que la m.comercial es un producto industrial que únicamente persigue la complacencia de las demandas del mercado. Si la analizamos, descubriremos que en su mayoría está dirigida a la satisfacción de exigencias inmediatas, transitorias y vulgares; y podemos agregar a esto la inmoralidad que expresan las letras de muchas de las canciones en las que se alaba a delincuentes, narcotraficantes, criminales y alcohólicos; o se hace alarde de expresiones soeces y de doble sentido. La característica general de este producto de consumo masivo es que divierte sin revelar nada nuevo, sino incurriendo en lugares comunes que el público espera ansiosamente oír y repetir, como si fuese un niño feliz que se regodea por enésima vez en un cuento que ya conoce. Todo lo desconocido, por temor a no comprenderse o por pereza mental, resulta insoportable.
La m.e. de consumo masivo es uno de los instrumentos de persuasión oculta más eficiente.
Es monótona y con un bajo rítmico acompañado de escasos acordes que se repiten de principio a fin. Sus ritmos perpetuos producen frecuentemente una excitación corporal que puede llegar hasta la embriaguez, provocando un desdoblamiento de la personalidad (sin la validez social que esto aporta a la ritualística).
Estos ritmos muchas veces van acompañados por cantos que expresan ideas, sentimientos o estados anímicos negativos, causando desequilibrio nervioso en el estado físico y mental del joven, dando como resultado una verdadera ebriedad, con exaltación de los sentidos y de la imaginación.
La personalidad se transforma y se mimetiza con la de los compañeros y la de los espectadores, y en consecuencia, el individuo se convierte en un simple elemento de una entidad colectiva; en una partícula de una multitud en estado de embriaguez. Esta "música" convierte a los oyentes que se prestan a ello, a los jóvenes principalmente, en autómatas, porque en ese momento se paraliza el proceso mental de la conciencia. Llegados a este punto, son fácilmente conducidos al sexo inconsciente e irresponsable, al alcohol, a la droga, etcétera. Si a esto agregamos que la intensidad del sonido que prevalece en los sitios a donde las multitudes acuden a consumir esta "música" se eleva 20 decibeles por encima del límite de tolerancia del oído humano, el resultado es un asalto deliberado y directo hacia la integridad de la persona. El fin perseguido es exaltarla y paralizar su conciencia, sumergiéndola en un océano sonoro; de nuevo, con fines puramente comerciales y enajenantes.
Esta situación sólo puede ser aceptada por individuos sin ningún juicio musical, y sin la sensibilidad educada para apreciar la belleza. Brindando educación musical, y proporcionando a los jóvenes las herramientas para conocer la buena música, no se prestarán tan fácilmente a estos asaltos.
CONTAMINACIÓN SONORA.
El alto volumen al que es consumida la m.e. daña seriamente nuestra capacidad auditiva y ejerce una influencia negativa en nuestro organismo, propiciando graves trastornos. Estos perjuicios van desde daños puramente fisiológicos, como la conocida pérdida progresiva de la audición, hasta los psicológicos, al producir una irritación y un cansancio que provocan disfunciones en la vida cotidiana, tanto en el rendimiento laboral como en la relación con los demás.
La lista de posibles consecuencias de esta contaminación acústica es larga: Individualmente provoca dolor de cabeza, problemas de estómago, alteración de la presión arterial y del ritmo cardíaco; vasoconstricción, depresión del sistema inmunológico y alteración de los niveles de segregación endocrina; irritabilidad, cansancio, estrés y perturbaciones del sueño, que conducen a conductas agresivas, dificultades para la comunicación, problemas mentales y estados depresivos, disminución del rendimiento y de la concentración, etcétera, todo esto con una alta repercusión en el deterioro social y elevados costos en productividad laboral.
El heavy metal tiene consecuencias más dañinas para el cerebro.No sólo produce perjuicios directos y acumulativos sobre la salud, sino que además tiene efectos socioculturales, estéticos y económicos: aislamiento social, pérdida de privacidad, desaparición de culturas sonoras, pérdida de señales sonoras acertantes, etcétera.
Con niveles de ruido altos, la tendencia natural de la gente hacia la ayuda mutua disminuye o desaparece, reapareciendo en el momento en que se suprime la presión sonora. Conlleva efectos negativos para las generaciones futuras.
El volumen de la música en las discotecas, provocan cada vez más problemas auditivos entre los jóvenes, el oído tarda más de 36 horas en recuperar la sensibilidad auditiva normal, después de estar sometido una noche a la música atronadora de una discoteca.
La consecuencia más preocupante del nivel sonoro elevado es la hipoacusia o pérdida de la capacidad auditiva.
Muchos jóvenes de hoy sufrirán trastornos del sentido del oído en un futuro cercano. Lamentablemente el individuo advierte su discapacidad cuando ya es demasiado tarde, dado que la misma se produce por la destrucción irreversible de las delicadas células sensoriales del oído interno.
La razón es que el proceso de deterioro es gradual y puede demorar varios años en hacerse patente, ya que se va produciendo una adaptación o acostumbramiento progresivo.
Los niveles de ruido constantes, aunque no superen los límites máximos permitidos, aceleran el proceso de la disminución auditiva, de tal forma que tenemos un oído mucho más viejo del que correspondería a nuestra edad fisiológica.
las endorfinas son segregadas por el cerebro la hipófisis y el hipotálamo, secreta hormonas queactúan contra el dolor y el temor, llamadas endorfinas y encefalinas.Los experimentos llevados a cabo con estas sustancias en diversos animaleshan demostrado que su efecto es más breve, pero tambiénmucho más potente que el de la morfina.
Las endorfinas actúan, entrando el caudal de la sangre, cuando se ingieren ciertas drogas por ejemplo, el alcohol, el azúcar, el café y los cigarrillos. También siendo liberadas dentro de la circulación durante la actividad de comer, o entre otros La ira logra que un borracho de 120Kg. pueda levantar aproximandamente 500Kg. de peso, en el momento el dolor y la presión no son tan fuertes, pero despues pegan, la clave de la irá está en la sangre, el movimiento sanguíneo acelerado produce mas endorfinas que de costumbre, lo cuál permite que los nervios del individuo no envíen de manera correcta a el cerebro los sentimientos de dolor.
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